lunes, 21 de septiembre de 2015

Hacerse hombre: algunas reflexiones desde las masculinidades





Glosario:


Alardeo: Mostrar o exhibir con vanidad

Constreñimos:    Disminuir o reducir a límites menores


Estandarización:   Acción y efecto de estandarizar


Hegemónicos:   Está relacionado con la supremacía de un estado, pueblo o grupo sobre otros.


 Homofobia:  Odio que se siente hacia las personas homosexuales.


Inhiben: Impedir la vergüenza, el miedo u otro freno a una persona actuar de acuerdo a sus sentimientos, deseos o capacidades.

Pedagogos:   Persona que se dedica a la pedagogía o es especialista en esta ciencia.


Performances: Espectáculo representado en directo ante un público, en el quese combinan diferentes formas de expresión, como la danza, el teatro, la música, el cine y las artes plásticas; se realiza con espontaneida de improvisación, y pretende provocar.


Moratoria:  Plazo que se otorga para solventar una deuda vencida.



RESUMEN 

La categoría género es una construcción y sistema social de relaciones que se constituye a partir de la simbolización cultural de las diferencias anatómicas entre varones y mujeres, y las relaciones entre ambos. La interacción social mujeres-varones configura esta dimensión relacional de género a partir de la cual se originan las identidades de género, que se perciben como femeninas o masculinas, generándose atribuciones y expectativas sociales y culturales de desempeño de papeles o roles de género, que como dice Lamas (2000) En el texto podemos encontrar cuatro temas esenciales como son El camino a hacerse hombre, La casa y la calle en los procesos de hacerse hombre, El grupo de pares y los rituales de la masculinidad, Discursos emergentes sobre masculinidad.

 El camino a hacerse hombre 


Estudios etnográficos en diversas culturas muestran una serie de rituales que adolescentes y jóvenes varones tienen que atravesar para convertirse en adultos. Desde pruebas donde la tolerancia al dolor está presente, ceremonias colectivas de circuncisión hasta la llamada pedagogía homosexual, en la que se pasa de la niñez a la adultez a través de prácticas sexuales con otros varones adultos de la comunidad que actúan como “pedagogos” de estos jóvenes en su camino a hacerse hombres (Gutmann, 1997; Herdt, 1994). El repudio nos remite a la fijación del género en cada sujeto a través de todo aquello que no se debe ser o hacer, de lo abyecto, límite en el que el individuo pierde su condición de tal (Butler, 1990).
Otro aspecto importante en la constitución de la identidad masculina es la socialización en patrones de intimidad. Diversos autores reportan el comando social instaurado en diferentes contextos culturales para que los varones no expresen emociones consideradas femeninas como el miedo o la duda, ni ciertas formas de intimidad con otros varones que podrían poner en duda su heterosexualidad En muchos casos, los varones aprenden que la amistad con mujeres es imposible debido al supuesto irrefrenable impulso sexual masculino. Los mandatos sociales sobre las formas de ser varón y su versión hegemónica de masculinidad están en constante afirmación y tensión pues la masculinidad debe ser probada a los demás y al propio sujeto. Si bien no existe una forma única de masculinidad -pues depende de otras variables ya descritas-, lo importante es que esta masculinidad hegemónica siempre actúa de referente, como el espejo ante el cual jóvenes y hombres adultos se miran para medir su masculinidad. En cuanto a la sexualidad masculina, ésta se constituye en permanentes tensiones y contradicciones entre modelos de actuación esperada y las propias vivencias de los sujetos. Tensiones y negociaciones entre deseos sexuales, búsquedas de placer y los dispositivos sociales de masculinidad y sexualidad hegemónicas. En esta construcción social se configuran fronteras de sexualidad masculina.

La casa y la calle en los procesos de hacerse hombre 

Analizar el ámbito doméstico donde el varón desempeña roles y relaciones diferenciadas nos permite acceder no sólo al proceso de configuración de muchas de las representaciones de la masculinidad, sino que también nos posibilita analizar la forma en que se afirman o cuestionan las bases de la identidad masculina, especialmente en lo referido a la sexualidad. El espacio doméstico provee los primeros mensajes de masculinidad y sexualidad y es ahí donde se sientan las bases para la constitución de las identidades de los sujetos. En este espacio de socialización familiar el niño empieza su proceso de “hacerse hombre”. En este escenario aprenderá que tendrá que resolver la primera contradicción de ser hombre: que ser hombre es algo “natural”, pero que al mismo tiempo tiene que obtenerse en torno a pruebas e ideales de actuación. De hecho, en todos los hogares se transmiten una serie de mensajes y pautas de cómo se espera sea un hombre. Estos valores buscan hacer del varón un “hombre de bien” (Fuller, 2002). Desde el hogar hasta la vida pública, desde su infancia hasta su adultez, los hombres aprenden que hay imperativos a lograr: la protección, la provisión, la responsabilidad, la honestidad, la disciplina, el trabajo, entre otros, los cuales, al ingresar a otros espacios de socialización, se refuerzan o entran en conflicto, ocasionando tensiones que los varones tendrán que resolver para la constitución de sus identidades. Si el tema de la sexualidad aparece en el escenario familiar, ésta se trata en un contexto de profilaxis o prevención, a modo de lecciones para adolescentes varones sobre cómo deben protegerse de mujeres “tramposas” que buscaran atraparlos con el “cuento” del embarazo, hasta conversaciones sobre las enfermedades de transmisión sexual y el VIH/SIDA (Vasquez del Aguila, 2013). A diferencia de la socialización impartida en la familia, en espacios como el colegio y el grupo de pares, los sujetos ya tienen los cimientos de su identidad constituidas y los nuevos contenidos no son la realidad en sí misma, pues el sujeto es más consciente de estos procesos y puede contrastar los valores y la moral de otros agentes socializadores (Fuller, 2002; Vasquez del Aguila, 2013). Sin embargo, el sujeto debe aprender nuevos guiones de actuación, iniciar nuevas relaciones significativas y solucionar las tensiones o conflictos en su sistema de representaciones. La calle tiene sus propios guiones de lo que significa ser hombre y los varones tienen que aprenderlos y actuarlos. La importancia mayor del colegio en la constitución de representaciones sobre sexualidad y masculinidad son, por retomar el segundo grupo y escenario, sin duda, las y los compañeros de clase. En este sentido, el colegio para algunos entrevistados es una prolongación de los espacios de amistad que tienen con pares del barrio, y para otros, aquellos que no tenían un grupo de pares en el barrio, se convierte en el primer espacio de interacción y creación de un grupo de amigos, con los que en última instancia se comparte el proceso de construir su masculinidad y sexualidad, lejos de los socializadores mayores.

 El grupo de pares y los rituales de la masculinidad 


Por lo general el grupo de pares está conformado por un grupo de amigos del mismo rango etáreo y posibilita el inicio de relaciones más democráticas que las existentes entre padres e hijos. La importancia del grupo de pares en las sociedades occidentales modernas en la formación y comportamiento de los niños y adolescentes varones radica en introducirlos de lleno en los ámbitos masculinos por excelencia: la calle y el espacio público.en el grupo de pares donde se consolidan los límites y fronteras de la identidad masculina, a través de la actualización de gestos rituales de masculinidad y sexualidad, que funcionan como modelos ritualizados, ambiguos, arbitrarios, repetitivos y socialmente provocados, y que buscan configurar este orden social a través del pasaje obligatorio de adolescentes y jóvenes por ciertas pruebas que aseguren su pertenencia al grupo. Por ejemplo la primera experiencia de “borrachera” es un ritual muy común para adolescentes en su viaje a convertirse en varones (Kimmel, 2008; West, 2001 lo más importante es sobresalir en deportes considerados masculinos como el fútbol Estos gestos rituales buscan y sirven para separar a los “normales” de los “fronterizos”, en base a una pedagogía de modelos de masculinidad y sexualidad, construida sobre anécdotas, bromas o historias que norman lo que el “verdadero hombre” debe ser capaz de soportar ante la amenaza y el riesgo constante de asemejarse o “convertirse” en “aniñado”, mujer o “maricón”.
La literatura sobre violencia y masculinidad muestra como los varones, en diferentes contextos culturales, son los más propensos a ser víctimas de la violencia de otros varones. Lo interesante de gestos rituales homoeróticos es su ambigüedad interna, pues los varones que hacen la broma son también potenciales “maricones” pues podrían ser “comidos” por otros varones en este juego de reafirmación de las fronteras de la masculinidad y heterosexualidad (Vasquez del Aguila, 2013). Estos gestos no se diferencian mucho de las pruebas que otros varones de contextos “no occidentales” tienen que pasar como requisitos para adquirir su status de hombre en la comunidad.  
. Estos grupos proveen a los hombres espacios para construir discursos y performances de masculinidad consideradas adecuadas y valoradas por el grupoEl alardeo de grupo tiene otra función muy importante en esta producción de masculinidad: la cohesión y la constitución de identidad masculinas. Niños, adolescentes y hombres adultos aprenden que para convertirse en hombres tienen que rechazar y repudiar la feminidad y la homosexualidad 
. La heterosexualidad se practica y ejerce a través de estos guiones de género y guiones sexuales. Varones y mujeres son socializados bajo un solo supuesto: la heterosexualidad, la cual se presenta como la única realidad posible e inevitable. La fortaleza emocional se instaura en el grupo a través de imperativos de valentía, de la eliminación de manifestaciones de “debilidad” y de las muestras de seguridad ante peleas o situaciones de riesgo. El mandato es que el varón no puede dudar o vacilar frente a los retos pues siempre debe mostrar seguridad, decisión y valentía. espacios los varones tienen que reconciliar sus identidades integrando discursos morales de actuación masculina.

Discursos emergentes sobre masculinidad 

Los medios de comunicación, principalmente la televisión e Internet facilitan la transformación de relaciones sociales, discursos y prácticas. Niños, adolescentes y jóvenes de sociedades urbanas invierten un tiempo considerable consumiendo estos medios, los cuales ofrecen un espacio privilegiado para analizar la conformación de sus identidades modernas. Producen y reproducen modelos de masculinidad que, en algunos casos, puede reforzar los discursos hegemónicos y, en otros, cuestionar estos ideales de actuación ofreciendo La autoimagen masculina para el cortejo y la conquista de parejas sexuales sufre un desplazamiento de imágenes de varones exentos de exigencias de cuidado estético, hacia varones preocupados por una imagen más cercana a la “metrosexualidad”.
Estos discursos y prácticas emergentes nos alertan sobre la necesidad de considerar los cambios en las masculinidades y prestar atención a las tensiones entre versiones emergentes y hegemónicas de las mismas.


Conclusión:

Vasquez del Aguila, E.. (2013). “Hacerse hombre: algunas reflexiones desde las masculinidades”. Política y Sociedad, Vol.50 Núm. 3 817-835 REFIERE QUE La masculinidad es una colección de normas y significados que cambian constantemente en el contexto de relaciones inter- género (hombres y mujeres) e intra- género (entre hombres). Hay dos elementos fundamentales en el estudio de las masculinidades: la pluralidad y las jerarquías entre versiones de ser hombre. 

El término "hacerse hombre", es muy extenso ya que la sociedad ya tiene establecido como debe ser un hombre desde niños, con ciertas características, comportamientos, actitudes, etc.La familia es el principal fuente enseñanzas de los niños, ya que hay van adquiriendo modelos o pautas que el niño va copiando o aprendiendo. el varón desde muy pequeño en los ámbitos que se va desarrollando como la  casa, calle, el colegio le crean una imagen de ser un "hombre de verdad" De éste modo el niño entra en contradicción de si ser hombre es algo natural ya que tiene a someterse a diferentes pruebas o rituales. Y es que la sociedad y la cultura han implantado tanto, de que, modelo de hombre es ser político, rudo, sin sentimientos, déspotas, agresivos, etc. En este proceso de hacerse hombre, el varón tiene que pasar por muchos rituales culturales, que aveces resultan ser muy dolorosos, pero no tienen derechos a reclamos porque si no serán señalados de raros,de maricas o de mujeres, osea que el hombre, en este proceso va reprimiendo una serie de sentimientos que de una u otra manera le afecta en su salud mental

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